Siga estos 7 principios para evitar cuellos de botella en su planta o fábrica

¿Quiere reducir los cuellos de botella en su planta o fábrica? Con estos 7 procesos clave, puede optimizar para mejorar la eficiencia y aumentar la productividad.

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Siga estos 7 principios para evitar cuellos de botella en su planta o fábrica

Los intercambiadores de calor desempeñan un papel crucial en la eficiencia de su planta o fábrica, pero pueden convertirse en cuellos de botella si no consiguen transferir el calor a la velocidad deseada. Cuando su intercambiador de calor se convierte en un obstáculo que le obliga a ralentizar todo el proceso, se produce un cuello de botella indeseable. Esta limitación no sólo restringe su capacidad de producción, sino que también pone sus operaciones en riesgo de parada. Para garantizar un funcionamiento sin problemas y evitar contratiempos, hemos identificado siete áreas clave en las que debe centrarse. 

1. Comprobar la caída de presión en el equipo

Controlar la caída de presión de su intercambiador de calor es un paso crucial que no puede pasarse por alto. Los intercambiadores están diseñados específicamente para funcionar a un determinado nivel de caída de presión, y cualquier desviación de éste podría dar lugar a una serie de problemas. Cuando los niveles empiezan a aumentar, es un signo revelador de que algo va mal y necesita atención. 

Como ingeniero de planta, debe detener el equipo inmediatamente e investigar la causa de la caída de presión para tomar las medidas correctoras necesarias. Ignorar esta cuestión da lugar a una cascada de problemas que, en última instancia, provocan retrasos en la producción o incluso averías en los equipos.

2. Disponer de piezas de repuesto y equipos

Imagínese que está en mitad de una producción y de repente su intercambiador de calor deja de funcionar. Si tiene cerca un paquete de placas listo para usar, podrá volver a funcionar en un tiempo razonable. Sin embargo, si no tiene repuestos, tendrá que pedir uno a fábrica, que puede tardar semanas o incluso meses en llegar. Este tiempo de inactividad cuesta a su planta un tiempo y un dinero valiosos.

Por lo tanto, es fundamental disponer fácilmente de piezas de repuesto o soluciones alternativas. Como ingeniero de planta, debe asegurarse de que su operación está bien equipada con los recursos necesarios para gestionar cualquier problema imprevisto. Y tener un paquete de placas de repuesto listo para usar, cerca de su intercambiador de calor, es una de las formas más eficaces de mantener sus operaciones en perfecto funcionamiento.

3. Contratar profesionales de mantenimiento

Un intercambiador de calor requiere un mantenimiento regular para que funcione eficazmente, como cualquier otro equipo. Pero, aunque resulte tentador hacerlo uno mismo, intentar realizar el mantenimiento de uno sin los conocimientos adecuados puede provocar un rendimiento inferior al óptimo o daños en el equipo.

En su lugar, contrate a un especialista con los conocimientos necesarios para realizar el mantenimiento de los intercambiadores de calor de forma que se garantice su funcionamiento constante y eficiente. Un especialista también puede asesorarle sobre cómo optimizar el rendimiento de sus intercambiadores de calor, identificando las ineficiencias de su configuración actual y sugiriendo formas de mejorarla.

4. Controle los parámetros de su intercambiador de calor

Por desgracia, no se puede ver el interior de un intercambiador de calor para controlar su rendimiento. Sin embargo, puede tomarle el pulso comprobando regularmente la caída de presión y los cambios térmicos. Un cambio repentino en estos parámetros puede indicar un problema que debe abordar de inmediato. No lo ignore ni espere que desaparezca por sí solo.

Problemas como el ensuciamiento, la corrosión o las incrustaciones pueden, si no se tratan, reducir la eficiencia, aumentar los costes energéticos y provocar averías en los equipos. La supervisión periódica ayuda a identificar estos problemas en una fase temprana y a resolverlos antes de que se conviertan en problemas graves.

5. Recalcular, reconstruir, reutilizar

Los intercambiadores de calor son una inversión importante para plantas y fábricas, y es natural querer sacarles el máximo partido. Sin embargo, a veces un intercambiador de calor puede dejar de ser adecuado para su finalidad original. En estos casos, comprar uno nuevo no siempre es la mejor opción. Un intercambiador viejo puede volver a ser un activo valioso, con los ajustes adecuados.

En otras palabras, es posible recalcular la unidad antigua para adaptarla a un nuevo uso. Este proceso incluye el análisis del área de transferencia de calor, el caudal de fluido, la caída de presión y los materiales de construcción, y su ajuste a los nuevos requisitos de la aplicación prevista. Mediante el recálculo, puede adaptar su intercambiador de calor a las necesidades actuales de su planta o fábrica y ayudar a reducir los costes asociados a la compra de nuevos equipos.

CONSEJO PROFESIONAL: Recalcular intercambiadores de calor requiere conocimientos y experiencia en diseño térmico, dinámica de fluidos y ciencia de los materiales. Es esencial contar con profesionales experimentados para garantizar que el equipo recalculado cumple las especificaciones de rendimiento, las normas de seguridad y los requisitos reglamentarios exigidos. Intentar hacerlo uno mismo no sólo pone en peligro el rendimiento del equipo, sino que también puede entrañar importantes riesgos para la seguridad. Confiar en profesionales cualificados garantiza unos resultados óptimos y un entorno de trabajo seguro para todos los implicados. 

6. Solucionar inmediatamente las fugas

Las fugas en los intercambiadores de calor son un problema frecuente que puede provocar contaminación y averías en los equipos. Si alguna vez detecta una fuga, debe tomar medidas inmediatas para evitar que cause más daños.

Las fugas pueden producirse dentro y fuera de un intercambiador de calor, lo que requiere distintos tipos de medidas correctoras. Si observa una en el interior del equipo, suele significar que hay un problema con las placas y debe cambiarlas inmediatamente para evitar la contaminación.

Por otro lado, si observa una fuga fuera del equipo, suele indicar un problema con las juntas. En este caso, tienes que cambiarlas o volver a pegarlas para solucionar el problema.

7. Montar correctamente el intercambiador de calor

El montaje de un intercambiador de calor puede parecer sencillo, pero es una tarea que requiere prestar mucha atención a los detalles. Por lo tanto, es esencial seguir atentamente las instrucciones para garantizar el funcionamiento óptimo de su intercambiador de calor. 

Al montarlo, consulte el plano de la unidad para asegurarse de que cuelga las placas en la orientación y secuencia correctas. Un montaje incorrecto puede reducir el rendimiento y/o aumentar las pérdidas de carga. Además, respete la dimensión de cierre de la unidad, ya que comprimir demasiado las placas puede dañarlas irreparablemente. Tómese su tiempo y asegúrese de que están correctamente alineadas y fijadas..

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